¿Quién te crees que eres, discordia?
 No nos atraparás entre tus garras,
 no podrás disponer de nuestras ideas
 como si fueran tuyas.
 Tus pensamientos no son los míos.
 ¿Hasta dónde serás capaz de llegar?
 ¿Qué precio hay que pagar por la libertad?
 Gritaré al viento qué es lo que importa,
 pondré una pancarta de sol a sol
 diciendo que el respeto es más importante.
 Estamos cansados de escuchar 
 gritos ahogados de corazones 
 a los que les han obligado a parar el ritmo
 frenético de sus vidas.
 ¿Quién es capaz de establecer prioridades?
 ¿Quién puede decidir acerca de vidas ajenas?
 Yo quiero, ante todo, vivir.
 Me importa poco dónde,
 sólo vivir sin un nudo 
 cerrando mi estómago.
 Tu vida es tuya,
 desperdíciala si quieres,
 es tuya.
 Cada día una nueva esperanza
 para unirse.
 Divide y vencerás.
 Espero que nunca nos demos por vencidos.