26 de Marzo 2004

Pequeña traición

Las decepciones son algo difícil de explicar. Provocan malestar. Nos sentimos traicionados y, algunas veces, un poco culpables pensando en qué hemos hecho para que la persona que nos ha decepcionado haya cometido semejante aberración.
En ocasiones, estas decepciones son fruto de nuestra propia manera de ver las cosas. Quizá algo que hace un amigo está mal bajo mi punto de vista y es estupendo bajo el suyo. Aunque, desde luego, eso no disculpa al otro, puesto que si es nuestro amigo probablemente conozca nuestra postura ante la cuestión.
Juzgar antes de saber o conocer no es inteligente, ya que en ocasiones crees conocer a una persona y, en realidad, no estás al corriente ni de la mitad de sus sentimientos, valores o actividades.
Puede que detrás de ese hecho se encuentre una buena razón. Siempre hay tiempo para pedir explicaciones antes de llegar a la conclusión de que no ha merecido la pena conocer a una persona, o al menos intentarlo.

Escrito por berges a las 26 de Marzo 2004 a las 04:46 PM
Comentarios

Reflexión:

La sociedad es un mal endémico que constantemente nos está manipulando. Si no somos capaces de alternar las fuentes de información, los grupos sociales, los lugares que transitamos... Recibimos sólo una parte de la “verdad”. Ante un mismo suceso, siempre habrá como mínimo dos versiones de los hechos. Mucha gente no se da cuenta de ello e interpreta la realidad a través de un único prisma; esto en grado superlativo degenera en los radicalismos, donde las cosas sólo tienen una explicación y una solución.

En gran número de ocasiones se discute sobre temas sin atender a los puntos de vista que considera la otra persona, cada cual defiende su postura a capa y espada. Debemos ir alcanzando poco a poco esa visión global de la realidad que nos ayude a mejorar nuestras relaciones. Pues tratando de entender a los demás, en lugar de “imponiendo” nuestro pensamiento, nuestros campos defensivos se relajan y se acepta de forma inconsciente a la otra persona.

El conocimiento es pieza clave en este propósito, aquel que ha conocido diferentes culturas de las cuales se ha empapado, aquel que ha leído todo tipo de libros, aquel que ha experimentado los sufrimientos o alegrías de otros pueblos o ciudades, aquel que ha sido capaz de ofrecer y compartir antes de pedir. A éstos y a muchos otros les resultará más sencillo analizar el porqué de las cosas desde diferentes ángulos antes de “enfadarse” porque los demás no actúan como debieran, o como él cree que debería hacerse.

Como último comentario, una cita de Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y de modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.

Shahin

Escrito por ??? a las 29 de Marzo 2004 a las 11:34 AM

Idem

Escrito por bergaes a las 29 de Marzo 2004 a las 07:53 PM
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