Acciones, no palabras.
¿Qué sería de nuestros más sinceros y humildes actos sin una palabra que los acompañe? Aunque ante un extraño al que tenemos que demostrar nuestras aptitudes, por ejemplo, es difícil que se conforme con meras promesas.
Las palabras, al igual que las acciones, forman parte del ajetreo diario que hace interesante nuestra, en ocasiones, rutinaria y repetitiva existencia.
Ni con el más largo texto podríamos describir una mirada que nos provoca escalofríos. Sin embargo, son muy necesarias cuando con una de esas acciones herimos o decepcionamos a alguien cercano.
Un lo siento es insignificante sacado de contexto. Puedes decirlo a alguien cuando chocas con él en el metro. Dos simples palabras que, al equivocarse, cuesta decir. El orgullo nos juega malas pasadas y nos hace dejar a un lado lo que, al fin y al cabo, nos resulta vital: las personas.
Cuanto más difícil de pronunciar resultan, mayor es la conciencia de culpa. Y eso es bueno, porque reconocer que nos equivocamos hace patente nuestro arrepentimiento.
Haciendo honor al refrán diré que rectificar es de sabios. Pues yo debo serlo, porque no paro de rectificar
Veamos siempre la parte positiva de las situaciones adversas y dejemos un pequeño recuerdo de esa culpa solventada que nos recordará nuestro error y valentía para reconocerlo y, sobre todo, para pedir disculpas.
Tan importantes y dolorosas son las palabras que se dijeron como las que nunca salieron de la boca.
Escrito por Dorian a las 3 de Abril 2004 a las 01:21 AMVerdad
Escrito por Azbau a las 10 de Abril 2004 a las 08:49 PMhola amor yo se que quisas no debi de salir asi de la casa pero no crees tu que no es manera de llegar ala casa yo no tengo la culopa si las cosas te salen mal no tienes porque agarratela con migo yo que sienpre para contigo esoty pendiente y tu me pagas asi eso no es justo pero te amo pero la verdad loq ue me isistes no se me olvida
Escrito por yacki a las 17 de Octubre 2008 a las 02:56 AM