El alba apaga la magia de la Luna
y, el olvido, desesperado, exige que le recuerden por qué, hace tiempo, tuvo que aparecer.
Hay pequeños detalles que importan, hay otros que sobran. Lo que te parezca bien, no lo compares con los demás, porque tu baremo no me sirve.
Jamás tendrás la potestad de guiar mi estrella, porque ella se guía sola.
Si te perdiste, también referirá su luz hacia ti, pero sólo porque sé que soy incapaz de negarte mi ayuda.
Cuanto menos golpea, más cicatrices surgen en sus ojos.