Los privilegiados pertenecientes a una élite que la gente normal, que no vulgar, somos indignos de alcanzar, de vez en cuando se conceden el lujo de deleitarnos con alguna maravillosa muestra de su grandeza.
¿Qué lleva a una persona a considerarse superior a otra?
La edad, apariencia, dinero...
Deben pensar que el resto de mortales giramos a su alrededor.
En fin, algún día bajaran del Limbo y se darán cuenta de que somos reales, con asuntos propios, ambiciones y preocupaciones, porque aquí no destaca ni Perry... Así no se considerará una ofensa preguntar o esperar algo de interés por parte de estos "mini-dioses".
Cargada de sarcasmo, destaco que la prepotencia me repatea.