Acaban las vacaciones y parece que la historia es la misma.
Se supone que, a la vuelta, está todo tal y como lo dejaste.
Pero, no.
No por el hecho de que tú hayas pretendido ajustar cosas,
ni porque las hayan ajustado por tí.
Tampoco por el hecho de que esperes que los ajustes
vayan en una dirección determinada.
El margen es ambiguo, y puede inducir a equivocaciones, generales o no generales.
Simplemente, si se acordó situarse ahí,
seguir expectante en una posición indefinida,
que bien supuesta, no tiene sentido.
Igual que no lo tendrá de cualquier manera.
Se trata de posicionarse sin temer
al error, fracaso o, ambos;
(aunque casi siempre van unidos).
El problema es cuando tú te sitúas pero, el resto no.
¿Eso significa que sigo posicionada en el mismo lugar?
O, ¿debo mover ficha para que mis oponentes,
especuladores en este caso, puedan ver mi posición clara
donde antes era ambigua?
Ahhhhhhhhhh...
¡ Había olvidado que estaba en el margen!
Creo que me quedo donde estoy, ya que, por lo menos,
puedo no ver si se me antoja.
Para terminar, una frase de un gran escritor:
"Alguien dijo una vez que, cuando te paras a pensar
si quieres a una persona, ya has dejado de quererla
para siempre".
(Carlos Ruiz Zafón).