El Sol de la oportunidad se cierne sobre el negro cielo, que amenaza lluvia en esta tarde gris. Las primeras gotas resbalan sobre mejillas que se alzan para contemplar el último atardecer.
Cuando se sabe que la lluvia calará hondo, cuesta salir con el paraguas en la mano, ya que es más reconfortante cerrar los ojos y notar el agua fría en la cara mientras el olor a tierra mojada invade el ambiente.
Es divertido caminar por la calle sorteando los charcos y echando una carrera al autobús que no llegaste a coger.
Ver que un extraño te mira fijamente porque llevas la música un poquito más alta de lo normal
Pero da igual, suena mi canción
Hojas secas en el parque; barro en los zapatos que recorren tantos metros de pasillo al día, y contrastan con el blanco inmaculado de la novedad cada mañana.