27 de Abril 2004

Vientos del Norte

El viento sopla fuerte hoy:
trae consigo rumores amargos.
Cada palabra es un cuchillo
que, afilado, se clava profundo.
Lleva un ritmo desigual,
ataca cuando menos lo esperas.
No le gusta, no es su tarea.
Él sólo quiere volar,
volar libre.
Sin cargas, sin ataduras,
sin palabras nocivas
a los oídos de los que
únicamente lo escuchan pasar.
Con sus manos, acaricia sus mejillas.
Con su llanto, revuelve los cabellos.
Con su sonrisa agita los árboles
al compás de las obras de Verdi.
No hay barreras, no hay metas.
Su destino es infinito,
su tarea esencial.
Por eso las gentes alzan la vista
a su paso, por eso le oyen cantar.
Su lengua afilada no importa
si trae después una bella melodía.
Al amanecer corre frío,
siempre tiene prisa por llevar
su mensaje, bueno o malo,
a los que estén dispuestos a escuchar.

Escrito por berges a las 7:39 PM | Comentarios (5)

22 de Abril 2004

El pozo de los secretos

Los secretos son como un profundo y sombrío pozo en un bosque triste. Ya casi nadie pasea por él, ya casi nadie bebe de su agua. Los árboles ya no lucen sus colores de estación: no pueden desprenderse del gris que les inunda. Los caminos no conducen a lugares recónditos de ensueño, las hierbas ya no decoran sus comisuras. Sólo se ve de vez en cuando a los viejos aliados, aquellos que nunca olvidaron los pasadizos entre las rocas, los claros llenos de luz y calor que los demás intentaron alcanzar sin éxito. Ellos beben las aguas del pozo manteniendo vivo el espíritu del bosque. Saben cómo llegar, porque una vez aprendido el camino, es imposible olvidarlo. Esos privilegiados fueron escogidos de entre la multitud para llevar a cabo una importante tarea: salvar el alma de los desesperados por airear sus más íntimos secretos, custodiándolos en su memoria y manteniéndolos vivos por siempre.

Escrito por berges a las 5:44 PM | Comentarios (0)

18 de Abril 2004

La brújula

El camino es largo, y es fácil perder el rumbo de vez en cuando.
Nos encontramos personas o cosas que incitan deliberadamente a realizar locuras imprevistas sin razón alguna y sin dar luego explicaciones que no existen. Y, por supesto, nosotros mismos somos el mejor candidato para ser uno de esos "incentivos".
Supongo que es más fácil olvidarse del resto del mundo que aceptar la dependencia hacia los otros y de los otros hacia ti.En ocasiones resulta agobiante e incomprensible. Pero también lo es la soledad, y lo que ella conlleva.
Afortunadamente, existen personas que son capaces de resguardarte de ti mismo, y volver a encauzar el camino que tanto te costaba encontrar. Espero que estén ahí siempre, porque por más que me pierdo, más fácil me resulta salir de mi camino.

Escrito por berges a las 2:38 AM | Comentarios (1)

16 de Abril 2004

Destellos

Amanece con destellos púrpura en el firmamento.
Él siempre creyó que cada uno de esos pequeños detalles que contemplaba durante el fin de la noche eran los deseos que el cielo almacenaba a lo largo del día.
Si se cumplían, los destellos se apagaban lentamente hasta quedar reducidos a cenizas de color blanco. Por eso el cielo está lleno de nubes, lleno de deseos e ilusiones hechos realidad.
Los que no se cumplen, quedan a la espera de su realización dejando una luz encendida para no ser olvidados. Hay muchos deseos que todavía no se han cumplido. En las noches claras se adivinan formas conjugando las estrellas. Cada forma representa un anhelo pendiente.
Por esta razón me encanta mirar las estrellas bajo la luz de la luna. Pero más me gusta despertar con el sonido de la lluvia golpeando mi ventana, porque sé que mucha gente se levantará ese día con una gran sonrisa y un deseo cumplido.

Escrito por berges a las 5:40 PM | Comentarios (3)

1 de Abril 2004

El valor de una disculpa

“Acciones, no palabras”.
¿Qué sería de nuestros más sinceros y humildes actos sin una palabra que los acompañe? Aunque ante un extraño al que tenemos que demostrar nuestras aptitudes, por ejemplo, es difícil que se conforme con meras promesas.
Las palabras, al igual que las acciones, forman parte del ajetreo diario que hace interesante nuestra, en ocasiones, rutinaria y repetitiva existencia.
Ni con el más largo texto podríamos describir una mirada que nos provoca escalofríos. Sin embargo, son muy necesarias cuando con una de esas acciones herimos o decepcionamos a alguien cercano.
Un “lo siento” es insignificante sacado de contexto. Puedes decirlo a alguien cuando chocas con él en el metro. Dos simples palabras que, al equivocarse, cuesta decir. El orgullo nos juega malas pasadas y nos hace dejar a un lado lo que, al fin y al cabo, nos resulta vital: las personas.
Cuanto más difícil de pronunciar resultan, mayor es la conciencia de culpa. Y eso es bueno, porque reconocer que nos equivocamos hace patente nuestro arrepentimiento.
Haciendo honor al refrán diré que “rectificar es de sabios”. Pues yo debo serlo, porque no paro de rectificar…
Veamos siempre la parte positiva de las situaciones adversas y dejemos un pequeño recuerdo de esa culpa solventada que nos recordará nuestro error y valentía para reconocerlo y, sobre todo, para pedir disculpas.


Escrito por berges a las 6:52 PM | Comentarios (3)